A partir de los años setenta la firma dio un giro importante, modificando su actividad principal de urbanización por la de construcción y venta de vivienda, la cual, a diferencia de los ensayos realizados con anterioridad se enfocó principalmente en una población distinta de la “obrera”. Fue así como se dejaron a un lado el desarrollo y la experimentación de casas “económicas”, para pasar a la construcción y venta de edificios, apartamentos y casas para personas con un mayor poder adquisitivo; desde este punto en adelante, a la compañía se le reconocerá más como constructora de edificios y vivienda que como urbanizadora.
A pesar de este giro en sus políticas, Ospinas & cía. s.a. participará en los años venideros en tres grandes proyectos que le permitirán mantenerse vigente en el desarrollo urbano de Bogotá: el Plan Maestro de Desarrollo de Sans Façon (1983), la Ciudadela El Salitre (1987) y el proyecto urbano Parque Central Bavaria (1988). En los tres proyectos se destacó la presencia del arquitecto y urbanista Fernando Jiménez Mantilla, así como del presidente de la firma, Pedro Miguel Navas.
El proyecto urbanístico del Parque Central Bavaria, que se desarrolló en el antiguo predio que ocupara la fábrica de Cerveza Bavaria, estuvo a cargo de Ospinas & cía. s.a. y lo dirigió el arquitecto Fernando Jiménez Mantilla. Así mismo, los arquitectos Alfonso Leyva Gelves y Michael Cescas de Leyva elaboraron un cuidadoso proyecto paisajístico para la obra, mientras que los arquitectos Carlos Hernández y Eduardo Samper, y Édgar Bueno y Rafael Obregón, fueron los responsables del desarrollo del proyecto.
Este proyecto de renovación urbana es una de las intervenciones más interesantes realizadas hasta la fecha en el centro de la ciudad, no sólo porque enriqueció el espacio público del lugar al dotarlo de un área verde, sino también por la baja densidad del mismo y la manera como se distribuyen los usos que lo componen: comercio y oficinas en los dos primeros niveles, y vivienda en una plataforma que se levanta sobre éstos. Todo el conjunto se beneficia del área verde central que lo atraviesa y genera un agradable paseo peatonal que se extiende desde la carrera trece hasta la avenida Caracas, así como de las plazoletas alrededor de las cuales se organiza el proyecto y de las amplias zonas de estacionamientos subterráneos. Igualmente destacado, desde un punto de vista patrimonial, al reciclarse e integrarse al conjunto varias de las antiguas estructuras que componían la fábrica como las cavas y falcas, pero por desgracia no sucedió lo mismo con la vieja maltería, que fue demolida.